Cabe destacar lo siguiente del programa:
La reflexión de M.A. García fue una interpelación a la institución y a todo el personal a materializar los valores de la Fundación, centrando particular atención en la educación integradora, ya sea de clases socio-económicas o de capacidades personales distintas, y también insistiendo en la necesidad de una participación real que incorpore a las familias de los centros. Desde el enfoque cristiano del Reino, ello debe ocupar el primer lugar y todo lo demás vendrá por añadidura (Evangelio de Mateo 6,33).
Por su parte, Alberto Uyá abordó la situación actual de crisis como el contexto en el que nos movemos, pero que no debe desalentarnos, sino que debe servir de acicate para trabajar mejor, en la línea señalada por M.A. García. Además, animó a todos los presentes a trabajar no sólo bien, sino a hacerlo con confianza, exponiendo unas cifras muy básicas de la Fundación que muestran su solidez para afrontar dicha crisis. Ello debe servir de aliento para trabajar dando lo mejor de nosotros mismos, nuestra vocación.
Finalmente, el refrigerio fue un excelente momento para los reencuentros y para pasar un tiempo distendido.